El suelo radiante es uno de los sistemas de calefacción más confortables y de mayor eficiencia energética del mercado.
El mayor grado de eficiencia energética se encuentra al dimensionar la instalación para trabajar a baja temperatura. Con temperaturas de trabajo del agua para el suelo radiante entre 30 y 50 grados, y combinado con la bomba de calor aerotérmica, los consumos son realmente bajos y los resultados de confort térmico son excelentes.
Los sistemas de climatización (calefacción y refrigeración) por suelo radiante constituyen una tecnología innovadora que mejora el rendimiento al no trabajar a temperaturas tan elevadas como los sistemas clásicos de climatización. Esto, junto al ahorro que proporciona un sistema de aerotermia ( con casi un 70% de ahorro en luz ), repercute directamente en un ahorro energético y en la reducción de emisiones de CO2. Todo ello permite conseguir el mismo nivel de bienestar y confort que con otros sistemas convencionales a un coste muchisimo menor.
El suelo radiante está formado por una red de tuberías muy delgadas (de entre 16mm a 20 mm) por las cuales circula agua caliente a baja temperatura (de entre 35ºC a 40ºC). La superficie libera calor a través de los tubos de suelo radiante obteniendo una estancia con agradable sensación de calor.